“La vida humana es un camino. ¿Hacia qué meta? ¿Cómo encontramos el rumbo? La vida es como un viaje por el mar de la historia, a menudo oscuro y borrascoso, un viaje en el que escudriñamos los astros que nos indican la ruta. Las verdaderas estrellas de nuestra vida son las personas que han sabido vivir rectamente. Ellas son luces de esperanza. Jesucristo es ciertamente la luz por antonomasia, el sol que brilla sobre todas las tinieblas de la historia. Pero para llegar hasta Él necesitamos también luces cercanas, personas que dan luz reflejando la luz de Cristo, ofreciendo así orientación para nuestra travesía.”[1]

Estas personas que nos enseñan cómo alcanzar la meta, son los Santos: cercanos, porque compartieron nuestras fragilidades y nuestras luchas, pero verdaderas estrellas de nuestra vida, porque vivieron las virtudes en forma extraordinaria.

Este blog quiere hacerte conocer a una mujer ejemplar. Hoy la Iglesia, que es Madre de los Santos, está estudiando y valorando sus virtudes y sus obras que hoy perduran: es la Venerable, Madre Eufrasia Iaconis, Fundadora de las Hijas de la Inmaculada Concepción de Buenos Aires.



[1] Spes Salvi, N° 49

miércoles, 6 de septiembre de 2017

1867 - 2017: 150 años del Nacimiento de la Sierva de Dios, Madre Eufrasia Iaconis, su Primera Comunión


No existen datos precisos respecto al año en que la Madre Eufrasia  tomó su Primera Comunión; sólo sabemos por el testimonio que nos dejó el Padre Vicente Gambón, s.j. que recibió este Sacramento de forma anticipada debido a una enfermedad que sufrió en los primeros años de vida. Por este relato comprendemos que, dada la gravedad del mal que aquejaba a la Sierva de Dios, sus padres decidieron que recibiera la Santísima Eucaristía antes de tiempo como remedio espiritual frente a la posibilidad de su muerte terrena. Y como dice el Padre Gambón: 

Triunfó la fe y la resignación en los piadosos padres; y la enfermedad se disipó, para que esa niña enferma pudiese cumplir los altos designios para que la tenía destinada la Providencia.[1]

A través del testimonio que la Sierva de Dios dejó en sus cartas observamos la importancia que tenía este Sacramento para la Madre, especialmente para formar el espíritu y el corazón de las niñas que había tomado a su cargo a través de las diferentes obras apostólicas que iba fundando.
Podemos leer en una de sus cartas a las Hermanas de Córdoba: 


Hoy empezarán a venir unas 300 niñitas para preparar a la 1ª Comunión; Dios quiera que las preparemos bien, para que halle sus corazoncitos dignos de Él[2].





[1] PADRE GAMBÓN, VICENTE S.J. Recuerdo biográfico de la Rda. Madre Sor Eufrasia Iaconis. Superiora General de las Hermanas de Caridad Hijas de la Inmaculada. Milán, Tipografía Pontificia de San José, 1919. Pág. 11.
[2] Carta de la Madre Eufrasia a las Hermanas de Córdoba. Milán, 2 de marzo de 1914. AHFIC DE 3/ 4, 9, 14.